Todos hemos visto cómo los acabados pueden llenar de vida un espacio, las construcciones no serían lo mismo sin ellos. Por eso, es primordial que un maestro de obra sepa dominarlos y así dar a sus obras ese toque que todo cliente espera.
Los acabados hacen que una construcción sea más atractiva, pero además de eso, cumplen con otras funciones importantes. ¿Sabías que también se les conoce como “revestimientos”? Como su nombre lo dice, son aquellos implementos que van a “vestir” los muros, pisos, techos, columnas y demás elementos de tu construcción. De la misma forma en que nuestras prendas de vestir son muy diversas según su propósito; los acabados de una construcción deben responder a las necesidades de los espacios y elementos a revestir.
A veces se cree que los acabados son trabajos solo para quienes tengan un don natural, pero en esta ocasión vamos a demostrarte que hay más cuestiones a tener en cuenta, y si te lo propones, tú también puedes llegar a ser un gran maestro de acabados.
¿Cómo elegir el material adecuado?
Cada obra es única y tiene características propias. Por ello, no es lo mismo determinar los acabados para una casa frente al mar, que para una oficina en lo alto de un edificio, ¿verdad? El secreto para asegurarte de elegir muy bien tus acabados, está en jamás olvidarte las tres “u” de una obra: ubicación, usos y usuarios.
Un maestro de acabados sabe que muchas veces un material resulta tener todo lo que necesitas, tanto que parece que es el material el que elige a tu obra, en lugar de tú a ellos. Por eso te recomendamos comprobar que el material que tienes planeado usar como acabado, realmente es la mejor opción para tu obra, para lo cual debes tener en cuenta los siguientes factores.
Ubicación: Mucho influye el lugar de una construcción, aspectos como: los niveles de humedad y temperatura, la exposición solar, el tipo de suelo y la presencia de lluvias o vientos; pueden ayudarte a saber si un material es el indicado o hace falta prepararlo para resistir mejor a las condiciones del sitio.
Por ejemplo, en un lugar en que la humedad varía por temporadas, algunos tipos de maderas pueden hincharse o desprenderse; en uno en que la temperatura no es equilibrada o la radiación solar es muy fuerte, algunos plásticos suelen sufrir dilataciones, deformaciones o pérdida de color; en climas lluviosos los metales están más expuestos a oxidarse; en zonas con fuertes vientos, los exteriores permeables o con texturas, acumularán mucho polvo difícil de limpiar; y en suelos muy salinos, el riesgo de corrosión en ciertas resinas y pigmentos es alto. Es tu trabajo utilizar las cualidades de cada material a tu favor.
Uso: Un buen acabado no es solo aquel que queda excelente al terminar la obra, sino aquel que con el paso del tiempo aún conserva su buena apariencia y no ha sufrido daños por el uso. Anticiparse al desgaste que un material puede sufrir por el uso y el paso del tiempo, es algo que tu cliente apreciará cada día que pase en tu construcción.
Por eso factores como: el espesor de un acabado, el tratamiento previo que se le dé, el método de adherencia empleado y hasta el tamaño elegido; hacen una gran diferencia. Debes conocer muy bien la resistencia que ofrece cada material a los impactos, raspones, calor, luz o radiación solar, tránsito, agentes químicos, agua, e incluso a su limpieza. Solo así podrás estar seguro de cuál elegir.
También, debes tener en cuenta que un mismo ambiente tendrá distintos requerimientos según el elemento a recubrir, esto te permitirá optimizar tus materiales optando por aquellos verdaderamente guerreros, solo en donde hagan falta, pudiendo aprovechar otros menos resistentes en sectores en los que sabes que no se dañarán fácilmente.
Usuarios: Conocer un poco de las costumbres, necesidades, anhelos y gustos de tu cliente (como de quienes habitarán esos espacios), es clave al momento de decidirte por un material. Algunas preguntas que podrías hacerte con relación a los usuarios son: ¿Las personas necesitarán un espacio que se mantenga frío o cálido la mayor parte del tiempo?, ¿Tu cliente tiene alguna afición por un material en particular o le quiere dar un estilo o sentido especial a sus ambientes?, ¿Es posible que también vayan a vivir mascotas en esos espacios?, ¿Los hábitos de los usuarios implican actividades no convencionales?, y por último pero muy importante, ¿Resultará accesible y seguro para usuarios con condiciones médicas o requerimientos especiales?
¿Cómo elegir la técnica de aplicación?
Debes recordar que la calidad de tus acabados no depende solo de la calidad del material o materiales que uses, aprender a trabajar con un material específico sacándole su máximo potencial siempre será un reto y no es algo que se consigue de un día para otro. Es por esto que muchos acabados pueden llegar a ser muy laboriosos e incluso convertirse en verdaderas obras de arte.
Si bien las técnicas de aplicación de acabados suelen estar muy expandidas y optimizadas, siempre pueden ser mejoradas o evolucionar con el paso del tiempo. Un gran maestro de acabados tiene la curiosidad y perseverancia necesaria para renovarse constantemente y así mejorar o hasta inventar nuevas y mejores técnicas.
Para terminar, te dejamos algunos secretos para encaminar mejor al maestro de acabados que llevas dentro:
Aprende de las técnicas tradicionales o en desuso, muchas veces son tanto o más efectivas que las modernas.
Usa mucho tu imaginación, entrena tu capacidad para advertir cuándo algo puede salir mal y confía en tu intuición.
Haz pruebas constantemente, equivócate y descubre tú mismo los secretos de cada material, solo así los recordarás siempre.
No dejes de capacitarte formalmente, te ayudará a mejorar tus propias técnicas y a mantenerte actualizado de las últimas tendencias.
Mantente al tanto de las nuevas herramientas o equipos que pueden facilitarte el trabajo y perfecciona tus técnicas con ellas, esto te permitirá reforzar tu ingenio al trabajar.
Pide ayuda y enseña a otros lo aprendido, de esos intercambios surgen las mejores ideas.
Procura no emplear muchos materiales, formas y texturas en un mismo ambiente, así tu acabado podrá destacar y lucirse más.
No pierdas de vista los detalles del acabado ni los encuentros de un acabado con otro, la magia está ahí.
De preferencia especialízate en un material y conserva muestras de cada acabado que has llegado a dominar.
Explora soluciones a un mismo problema con distintos materiales y analiza los pros y contras de cada uno.
¡Bienvenido maestro! ¿Qué tal tu semana? ¿Es de esas en que todo anda muy tranquilo y las cosas salen como se esperan, o ¿es de aquellas en que parece que nada esta bajo control?
¡Saludos, querido maestro de obra! Sabemos que la construcción es mucho más que levantar estructuras; es un arte que requiere técnica, planificación y, en muchos casos, altas dosis de creatividad
Maestro, seguramente te ha sucedido: estás en medio de una obra, todo avanza según lo planeado, y de repente, la pesadilla de todo constructor: ¡el salitre se asoma entre tu concreto!